Después de la madrugada del 24 de marzo de 1976 en la Argentina se vivieron los momentos más tristes de la historia de un país. Antes de esa fecha, los atentados, los asesinatos, los secuestros, la muerte también reinaba de la mano de grupos paramilitares que ostentaban el poder. Luego del golpe militar en la Argentina se suprimieron los derechos colectivos e individuales de las personas bajo la amenaza de morir o desaparecer, los atentados, los asesinatos, los secuestros, la muerte eran moneda corriente, pero esta vez de mano del estado . Entre esos derechos estaba el de sufragar, elegir libremente a las autoridades para que estas conduzcan los destinos del pueblo. Con la instauración de la democracia, ya entrado el año 1985 en el conocido “Juicio a las Juntas”, donde eran enjuiciados y hallados culpables los responsables de cerca de 30 mil desapariciones y muertes, se escuchó en la sala de audiencias que era presidida por los Señores jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio, la frace “Nunca Más” de boca del fiscal que entendió en la causa Julio Strassera. Con la sala en silencio ordenado y también por dolor se percibió lo siguiente “«Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡nunca más!” Desde ese entonces, el Nunca Más fue utilizado para exigir que nunca más se violen los derechos colectivos e individuales de la gente.
Hoy, a casi 35 años del golpe, Córdoba amaneció con unos carteles cuta autoría rezaba a la agrupación libres del Sur que decían: De La Sota, “Nunca Más”. Es que la organización Libres del Sur quiere excluir a un candidato que democráticamente se presenta a una elección como si fueran miembros de las juntas militares. O no se han dado cuenta los integrantes de esta fracción de la política actual lo que es el Nunca Más. Solo la gente con el voto popular, el mismo voto que se le impidió a millones de argentinos emitir por el simple capricho de unos uniformados, que querían perpetrarse en el poder, debe decidir quién está siempre o quien no está nunca más, pero solo con el voto, una de las razones de la democracia.

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